La justa pregunta
La pregunta que llora tu presencia
Como una mentira que grita argumentos correctos
Veo el espejo y te pregunto
A ti fantasma de mil noches vacías
Te pregunto y me contestas mil evasiones directas
Una cama donde nadie duerme
Es tu regalo en el necio amasiato de la culpa
Algún compañero más fiel, menos callado
Es mi sombra centinela del sueño fallido
Hermano bastardo de tu progenie
Las pesadillas que duermen en la cama vacía
Y regresa la pregunta que llora
Que ya sin su nudo manifiesto
Permite a la garganta, su eterna y servil esclava
Que te inquiera a ti fantasma de los demonios sin rostro
Que te grite frente al mismo espejo de la vacuidad
Al espejo que no refleja tu paradójica presencia
¿Tan sola estas ni a ti misma te acompañas?
Si ya tengo a mi esposa
Mi compañera desde antes de nacer
Que en sellado contrato de agua salada y ojos que no ven
Juró estar conmigo hasta que mi mente yazca tranquila
Hasta jugar ajedrez sin el omnipotente Tedio por testigo
Si nos conocimos en aquel puerto a la deriva
Nunca quise caminar sobre el agua contigo
Alfonsina también huyó de ti
Y de tu hermano el Dolor
Con
Ingrata Soledad.
Tu compañero, Kaguaman.
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