viernes, 20 de agosto de 2010

La razón y su creador

No hay esperanza

Los ciegos ya pueden andar solos

Y los que ven no se reconocen en su época

Caminamos de lado para no tocar al otro

Y lo insultamos con la mirada vacua

El hedor de la breve historia sin sentido nos impregna

Las metáforas son especies en peligro de extinción

La siniestra razón ha triunfado

Y su más grande logro es caminar sin titubeos a su propia destrucción

Pero en su agonía nos patea la cabeza

Nos escupe silogismos inmaculados

Analiza a la Belleza y la destaza en partes

Que después se cuelga en un collar hecho de cadenas irrompibles

Nada hay más exacto que la muerte

Y en el camino se nos pregona la estética de la agonía

El gran Tormento hipócrita se engalana de Progreso

Y nos promete el mundo de las Ideas

Y de los sueños americanos

(¿Acaso Platón inauguró el capitalismo?)

Las desgracias han sitiado el mundo

Nunca la Razón había sido tan estúpida

Ha llevado a su creador al pedestal del mundo

Le ha vestido ropa de rey y orgullo de princesa

Le ha hecho caminar por los senderos fríos del sin-sentido

Le ha tirado sus juguetes de la infancia

Le ha engañado y le ha torturado

Y ahora caminan juntos a la horca

El hombre a su destrucción

Y la Razón a consumar su existencia con la paradoja de su muerte exacta

El epitafio dirá: “aquí yacen dos imbéciles que nacieron en este mundo y vivieron en el propio”.

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