viernes, 20 de agosto de 2010

Carta a diputados y senadores

8 de abril de 2006, Cd. Nezahualcoyotl

Señores diputados y senadores:

Desde la humilde alternativa en comunicación que nos ofrece la radio por Internet escribimos y publicamos está carta haciendo, ex profeso, caso omiso del protocolo que precede a éstas rúbricas porque creemos en el derecho a la libre expresión y en la necesidad democrática de la comunicación oral o escrita con nuestros gobernantes y legisladores. No tenemos, finalmente, algún motivo en específico por el cual escribirles una carta de la cual probablemente nunca se enteren que existe, por el contrario, tenemos muchos motivos de interés general para escribirla, y para publicarla, porque, a pesar de la calidad y profesionalidad que existe en AccesaRadio, la marginalidad en que se encuentran algunos medios de información como éste, hacen difícil que personas tan ocupadas como ustedes ocupen tiempo valioso del erario para leer algo con poco importancia. Sin embargo, y eso es algo que nos llena de orgullo, la creciente difusión de la radio por Internet hace posible que cada vez tengamos más audiencia como estación alternativa e independiente, y que, como programa que representamos, a saber, “Los apuntes de Kaguaman”, vemos la necesidad social e informativa de compartir con nuestros kaguaescuchas nuestra opinión que no es otra cosa que parte de nuestra conciencia social y, de paso, imaginarnos que ustedes nos están escuchando. Y pues ya en un poco de más confianza (porque si los elegimos es porque les tenemos confianza) de ciudadanos a legisladores, empezamos por platicarles un poco de nuestra estación de radio: AccesaRadio nace con la intención y el compromiso social que, evidentemente, no cubren la radio y la televisión en México, pensábamos en algo nuevo, joven y alternativo, ya saben cómo somos los jóvenes, bueno, quizá ya se les haya olvidado, de cualquier modo nació un buen proyecto que se concretó, varias propuestas llenan la barra de programación de AccesaRadio y una de ellas es “Los apuntes de Kaguaman” que es un programa de literatura bastante alivianado donde nos permitimos hablar de temas de todo tipo con una afluencia lingüística que ni el segundo piso del periférico tiene, y, en caso de que el ejemplo no sea muy claro, diremos que hablamos como diputados en sesión, exactamente, no nos limitamos, hacemos gala de todo tipo de adjetivos dirigidos y no dirigidos, vengan o no en el diccionario, aunque el formato del programa es algo que respetamos más que a sus mamás (las de ustedes), es decir, la literatura siempre está presente, no obstante el tema, suena raro, lo sabemos, pero tenemos la firme creencia –probablemente heredada de aquella idea romántica de la Ilustración- de que una buena parte del progreso integral de las naciones depende de la ilustración de los ciudadanos, y, por supuesto, ni dudarlo, de los gobernantes. No piensen mal, no lo decimos por ustedes, sabemos que para llegar a dónde están, han tenido que pasar por arduos años de estudio y preparación cívica y ética, es más, nuestro comentario se dirigía a que la Ilustración puede parecer una etapa en la historia occidental bastante lejana, pero recordemos que la evolución y el progreso de los pueblos es un proceso lento y paulatino que no se alcanza a apreciar, en ocasiones, en muchas generaciones. México es un excelente ejemplo de que los procesos históricos son lentos. Ochenta años de priísmo no nos han servido para descubrir las verdaderas intenciones de los políticos, no lo tomen a mal, no es ironía, de verdad, no sabemos las verdaderas intenciones porque normalmente los discursos de doble fondo nos sugieren relaciones veladas, promesas a amigos, o agradecimientos a sus favores, rechazo a algún grupo o persona, en fin tantas intenciones no declaradas que percibimos en su manera de hablar que nos hacen pensar, hasta cuaresma –que es un periodo de arrepentimiento y conciliación con el prójimo, que nos hacen pensar, decíamos, en que ustedes tienen malas intenciones. Los discursos han integrado elementos nuevos en su inventario de palabras demagógicas, por ejemplo la palabra democracia, que la usan con tal indiscriminación que compite seriamente con los chicos de RBD cuando se dicen “wey”, sin embargo el amasiato del discurso político con el poder ha seguido intacto, de verdad, sino pregúntenle a Don Diego. No piensen que les estamos reclamando, no, la palabra demagogia generalmente es tomada en un sentido injusto por los rojillos comunistoides, pero nosotros queremos rescatar su significado. Como todos ustedes saben –porque estudiaron mucho- con Maquiavelo se inaugura la teoría política moderna, es decir, en palabras de ustedes, “el fin justifica los medios”, y, en ese sentido la demagogia justifica el camino a la obtención del poder, o, en su caso, la demagogia justifica la retención del poder. Por supuesto sabemos que los que ostentan el poder, como poder de decisión, poder de legislar, o cualquier tipo de poder público que implique algún efecto en la vida de un pueblo, o, en palabras de ustedes, los gobernadores, los diputados, los senadores y, por supuesto el Sr. Presidente y su flamante esposa, quieren ostentar el poder por el bien del pueblo, nosotros no pensamos que vayan a vender el país a la iniciativa privada, en todo caso, no hay avances significativos en donde no intervienen los empresarios, por ejemplo. Pero dejemos a la demagogia y hablemos de autoritarismo. Esperamos que el tono jovial en que nos dirigimos a ustedes no importune a vuestras eminentísimas excelencias porque, acá entre nos, creemos que las estructuras feudales heredadas de los retrasados españoles introyectadas en el inconciente colectivo de la población mexicana aun prevalecen, o, en palabras de ustedes, la gente tiene cierta inclinación viciosa a reverenciar lo que parece una figura de autoridad, claro que eso no quiere decir que ustedes aprovechen esa situación, y menos los señores del PAN, entendemos que el coqueteo entre militantes y feligreses no es homosexualidad reprimida, seríamos puercos si pensáramos eso, y tampoco pensamos que aprovechan la profunda reverencia y sumisión que muestra el pueblo mexicano por los signos religiosos, claro que no, y eso se demuestra con solo ver la calidad moral de los señores del PAN, Dios los cuide y los guarde, y los reciba en su glorioso seno, pero, para estar seguros préndanle una veladora al jefe Diego, él sabrá interceder. No quisiéramos tocar el tema de la inseguridad porque cuando empecemos a hablar de ello, de las redes de corrupción, de los levantones, de pederastía, narcotráfico, asesinatos, robos de cuello blanco, huelgas sindicales, huelgas estudiantiles, tráfico de influencias, abuso de autoridad, grupos de choque que deshacen manifestaciones, en fin, todo eso que compete a los más malos de los malos del país, cuando hablemos de ello, decíamos, podríamos recibir un atentado como en el periódico de Tamaulipas, o podría llegar un carro de judiciales mandados por el “gober precioso”, o nos pueden levantar para posterior encajuelamiento, pero no piensen que lo decimos porque creemos que nuestras autoridades civiles sean una bola de ineptos y corruptos que no saben o no quieren cumplir con sus obligaciones, no lo decimos por eso, sólo que nos da un poco de temor con tantos atentados en el mundo, creemos que deberían dejar que el gobierno de E. U. ponga un muro en la frontera con nuestro país para que no pase nadie que esté fuera de la ley, es más, incluso deberíamos dejar que el FBI o la CIA tenga injerencia en los aeropuertos en territorio nacional, porque todo es por nuestra seguridad. Hay tantas y tantas cosas que nos gustaría platicarles señores legisladores, pero nos invade una tristeza infinita de saber que están tan ocupados legislando al vapor que no hay tiempo de que disfruten de su modesto salario, no crean que legislar al vapor es una ignominia, tampoco es un insulto, sabemos perfectamente, por ejemplo que la “ley Televisa” tenía que aprobarse lo más rápido posible por las implicaciones electorales contenidas, y sabemos que esto marca una era no vivida antes en ningún país del mundo, la era del mayor monopolio informativo desde el stalinismo, aunque con la diferencia que en ésta ocasión el estado es quien cede el control, el arma más importante de los Ilustrados que ya Kant enunciaba en su “Filosofía de la Historia”: la opinión pública, subvertida y dirigida contra los que antes defendía, una verdadera contradicción performativa, o, en palabras de ustedes, el fin del contenido de la radio y televisión públicas, pero no piensen que estamos en contra, no, sabemos que ustedes lo hacen porque si se mantiene el control del imaginario colectivo de todo un pueblo es más fácil hacerlos decidir, situación que coadyuva a la democracia, es la legitimación universal de la demagogia y su matrimonio con la democracia, o, en palabras de ustedes, ya tienen negocio para varias décadas, pero no ustedes, las televisoras, ustedes como buenos servidores públicos se conformarán con uno que otro spot en radio o tv que apoyen a alguna gobernatura. Creemos que por ahora es suficiente de pláticas, además nos espera un programa por conducir, un literato del cual hablar, unas cervezas para beber y algunas chicas que nos van a bailar, de esto último sabemos que ustedes no saben porque pasan mucho tiempo legislando, pero ya habrá más tiempo para platicar nuevamente, por lo menos con nuestros kaguaescuchas, porque tampoco creemos que tengan tiempo de escuchar nuestro programa, y acá entre cuates, les podemos decir sinceramente que está muy chido porque seguimos su ejemplo en el uso del lenguaje. Qué Dios los bendiga.

Kaguaman, Kaguaboy, Kaguapato, Kaguatrón

P. D. Malditos bastardos.

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