viernes, 20 de agosto de 2010

El diario del enano

Encontré una vieja libreta de hojas amarillas y con pastas de cuero, arrugado y polvoso que contenía unos mapas estilografiados con extraños caracteres de otra lengua. En un análisis posterior en el kaguartel general pudimos ver que era una lengua extraña que sólo conocían los viejos sabios voladores de Apan, ellos la habían aprendido en sus múltiples viajes al mundo del la baba de oso. De la libreta maltrecha y vieja sólo pudimos extraer algunas páginas más legibles. De soslayo menciono que encontramos la libreta en el mismo lugar donde regresamos al enano revienta-huevos a su mundo y presumiblemente la libreta le pertenecía. Tras una ardua labor filológica promovida por los mismos vapores alucinantes que otrora hacían transportaban a los sabios ancianos al mundo paralelo de la fantasía logramos traducir los pocos folios legibles de aquél extraño documento. Era ni más ni menos que el diario del enano revienta-huevos. La curiosidad que nos embargaba cuando empezamos la labor se tornó en sudor frío y terribles presagios. Nuestro último encuentro con el enano había sido favorable a nosotros, con mi ayuda Kaguatrón se había librado del enano maldito, pero malas augurios habían acompañado a los sueños de Kaguatrón los últimos meses que sugerían que el enano estaba de vuelta, sin embargo, esta vez el tiro ya no era con él, era conmigo. Definitivamente era el enemigo más escurridizo y el que había causado más daño a la liga de la Kaguama. No teníamos otra opción que enfrentarlo. El diario del enano que a la letra transcribo no supone ninguna temporalidad lineal como la que cotidianamente usamos, aunque hay referencias a hechos que nos dan indicios sobre el momento en que sucedieron los acontecimientos, no podemos determinar con precisión las fechas ni lugares, entre otras cosas porque el tiempo y el espacio en el mundo paralelo de la fantasía no se suceden con las mismas reglas que el mundo de la vigilia. Sin más les transcribo el diario:

Día de tres lunas sordas

“Ese bastardo cree poder librarse de mí. Supone que sus estúpidas salidas a sus propios infiernos están dentro de él, no he visto lógica más torcida, no hay salida a sí mismo, o, en el mejor de los casos encontrará una salida a sí mismo para encontrarse consigo mismo. Imbécil, no sabe que la puerta detrás del yo es una puerta condenada al fracaso sin nada detrás de ella, salvo su desesperación a la novena potencia.”

Dos días perdidos en la luna

“Con todo y su discípulo se irá al infierno. Jamás había visto un hombrecillo tan empecinado en librarse de mí, hasta pidió ayuda a esos estúpidos viejos borrachos, nadie que me conozca siquiera de vista puede estar tan seguro de ganarme. El destino es un ave de rapiña al que ningún ratonzuelo puede escapar, se necesita ser también un ave de rapiña para poderme aventajar. Falta que se pregunte en su infinita estupidez si acaso yo soy su destino soy más que eso, soy su padre, su madre, conmigo duerme, caga y coje, soy su más honda depresión y su más concurrida soledad.”

El día que la luna lloró hasta el amanecer

“Maldito perro bastardo, mil veces maldito, hijo de mala hora de un burdo suplicio que llamaron parto. Trae más ayuda perro, no te será suficiente con Kaguaman, aunque ya conozcan el secreto de la muerte dulce. Soy más grande que mis debilidades y ustedes no son más que dos estúpidos cuya suma son sus propias debilidades. Llora luna, llora las catástrofes que se avecinan porque cuando sucedan no tendrás alma para soportan tanto dolor. Esa cuna que semejas cuando la ternura te invade servirá para colgar los cadáveres (uno en cada cuerno) de dos imbéciles que han osado contravenirme.”

Las tres preguntas de los astros

“Puedo no ser Dios, pero mi fuerza vital me sobrepasa, soy voluntad pura, por ende, soy voluntad de destrucción. La felicidad es una quimera de los débiles y estúpidos. Ni Kaguaman ni Kaguatrón son voluntad pura, como yo, ellos no son de este verdadero mundo, a menudo lo sueñan, pero eso no quiere decir que lo habiten, ni que lo vayan a habitar. Los atan sus mujeres, su moral y su conocimiento. Este mundo no es de conocimiento aquí ya todo se sabe, aquí el conocimiento es un sinsentido, aquí hay dolor, locura y muerte. Sólo contestaré una de sus preguntas odiosos cuerpos celestes, y les diré que del dolor y sólo del dolor depende la entera dinámica de la existencia, y yo soy el encargado de inflingirlo, sobre-todo a los estúpidos sensibles.”

Cuando la luna vio nacer a la tragedia inversa

“La hora está cerca, la masacre se avecina, las manos me tiemblan y los dientes me crecen. Ya huelo la sangre y los gritos de desesperación. Ya veo los cabellos arrancados en el piso. Ya desempolvo el manual de los mil castigos y recorro con calma el diccionario de mis vicios sádicos. Hoy morirán dos en vez de uno. No me importa el secreto de la muerte dulce, morirán antes de poderme hacer algo.”

La luna sonríe

“He perdido. Subestimé a mis enemigos. Uno es bastante viejo, hasta podría decir que nació anciano. El otro tiene una voluntad creadora que me hace preguntarme por qué no se ha suicidado. Éste último ocupará el lugar de mi venganza y el viejo ya tendrá su turno. Sólo fue una charamusca, no me han vencido. Recuperaré fuerzas y sabrán de mí otra vez.”

Un ave de rapiña espanta a la luna

“El momento de la debilidad suprema de los creadores ha llegado, me lo dijo la bruja que habita al otro lado del río de sangre. Kaguaman está vulnerable, su fuerza creadora flaquea. El Idilio del amor lo ha trastocado, empieza a creer en el mundo que habita y no hay mayor debilidad para un hombre que creer sus propias mentiras. La mentira ha sido quien ha dominado sobre los estúpidos pero siempre bajo el disfraz de la verdad inmaculada. Tiembla como un perro mojado y huérfano. La desesperación te va corroer las entrañas y no seré yo quien arranque los cabellos de tu cabeza, lo harás tú mismo creyendo tu nueva mentira, porque el dolor no se matiza con dolor. Tu fuerza creadora te abandonará y buscarás un columpio en un bello jardín, tu mirada quedará clavada en el vacío de tu alma y sufrirás las mil muertes sólo para ti ideadas. Tiembla perro.”

Ese fue el último folio que tradujimos del diario del enano. El cariz autobiográfico de lo que escribía nos hacía preguntarnos si en realidad no era un diario y fuera tal vez una amenaza directa. Lo amargamente cierto es que el enano tuvo razón. Su venganza se ha estad haciendo patente. La liga de la Kaguama está en peligro.

Esto fue lo último que se supo de la liga de la Kaguama tal como se conoció. Todos desaparecieron por rumbos diferentes. Cada uno tiene su historia que, irremediablemente –como tragedia griega-, convergen las historias de todos. Ya habrá tiempo de rehacerse, de contar todas por partes y con detalles, a final de cuentas, la Liga de la Kaguama ha renacido, y esta vez re-cagada, es decir, más cagada que antes. En fin, en la primera batalla con el enano Kaguatrón y yo salimos bien librados, con la ayuda de los viejos voladores de Apán y su viscoso secreto, pero ya lo decía el enano en su diario, eso, que para nosotros fue la madre de todas las batallas que habíamos tenido con nuestras archienemigas, para el enano fue únicamente un ligero escozor en el escroto. De modo que estábamos seriamente en peligro. Y sucedió todo tal cual se estaba configurando, es decir, fuimos derrotados, brutal y categóricamente aplastados como una jodida cucaracha. El gran complot se cernió sobre todos nosotros. Todos nuestros enemigos se volvieron perseguidores de la misma causa y cerraron filas. Al final de todo nadie quedó en píe. Los que no fueron apresados y torturados, tuvieron que huir, y el resto nos traicionó. En fin, habrá lugar para relatar parte por parte. Sin embargo, lo importante, después de salvar la vida, era conservarla, y, en una visita furtiva a lo que fue el último kaguartel temporal (que, por cierto, aun estaba vigilado), encontré otros folios similares a aquellas viejas y amarillentas hojas que alguna vez tradujimos, aquello que parecía ser el diario del enano. ¿Sería acaso posible que estuviera enfrente de otra parte del diario del enano? ¿Y, en caso de que así fuera, qué hacía allí? ¿Sería una nueva trampa? Guardé las hojas, y en mi refugio subterráneo me apresuré a traducirlas. No es ocioso mencionar que el tiempo que pasé perdido con la bruja blanca no fue en vano, aprendí muchas cosas, tantas que por poco no regreso. En fin. Transcribo lo que logré traducir:

El tedio, la desesperación, la incertidumbre, la angustia, el dolor son las verdades base del método científico, es decir, cualquier científico en su sano juicio no haría otra cosa que desear la franqueza concreta y real con que se muestran estos estados metafísicos de existencia humana. He aquí la metafísica determinando el camino de la ciencia. “¿Qué estará diciendo este insensato?” Preguntará algún sensato a la mano. Déjenme explicarme: habrá quien pasé una tarde agradable, llena de buen humor y una conversación interesante, y, sin embargo, llegue a su casa a dormir con ganas de no amanecer más ¿qué será aquello que es tan universal y absoluto en los seres humanos? ¿qué categoría ontológica supondrá

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